Hidalgo le apuesta a la ciencia y el desarrollo tecnológico, con proyectos de magnitud mundial, que integran la formación de las nuevas generaciones de científicos en el país.
Por Abraham Ascencio
En un proyecto ambicioso e histórico para el estado de Hidalgo, se proyecta convertir la antena de 32 metros, de la estación terrena de Tulancingo, en un Radiotelescopio de uso científico.
“Esperamos lanzar con el proyecto de Tulancingo, un nuevo interés en radioastronomía con frecuencia más baja, lo cual nos permite realizar astronomía de primer nivel, tanto sola como en colaboración con otros países”, dijo David Gale, Investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), y miembro del equipo del Gran Telescopio Milimétrico (LANGTM).
El 10 de octubre de 1968, se inauguró la Estación Terrena para comunicaciones vía satélite de Tulancingo, lo que le hizo ganar el nombre de la “Ciudad de los Satélites”; desde donde se transmitirían los XIX Juegos Olímpicos de México.
Su construcción comenzó en 1967 en el lugar seleccionado gracias a que cumplía con más de 15 condiciones que sólo compartía con Perú en toda Latinoamérica.
El valle de Tulancingo era el lugar idóneo para un centro de comunicaciones espaciales, al ubicarse entre una cadena montañosa que lo protege de interferencia de microondas, clima seco que evita salitre en los equipos, suelo firme no afectado por terremotos, punto intermedio entre el Golfo y el Pacífico lo que permite tener comunicación con ambos, la cercanía con el entonces Distrito Federal, aire limpio; entre otras más.
Las primeras visitas para señalar la viabilidad para que la estación se estableciera en el lugar, estuvieron a cargo del Ing. Jorge Suárez Díaz, Director General de Telecomunicaciones, el Ing. Pedro Pablo Rivera, Director General de adquisiciones, y el Arquitecto José II Garduño, de la asesoría técnica de la SCT.
Se proyectaba la construcción en un terreno de 50 hectáreas, con un costo de 80 millones de pesos, de ese entonces, y constaría de una antena parabólica de 32 metros, equivalente a un edificio de 12 pisos, colocada en un pedestal de 1500 toneladas, con un reflector de un peso de 500 toneladas.
En esa época turistas llegaban a visitar el enorme centro de comunicaciones, asombrados por su tecnología.
Las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes donaron al municipio la madera con que había sido empacado el equipo de trasmisión, y con ella fue construida la infraestructura de la Feria de Tulancingo.
Las antenas parabólicas de Tulancingo fueron diseñadas para recibir y transmitir señales entre la tierra y los satélites artificiales que se empezaron a lanzar en los años sesenta.
Hoy en día, iniciando los años noventa, se empezó a cambiar la tecnología de transmisión satelital por redes de fibra óptica subterránea y sub acuática, por lo que el uso de dichas antenas es menor.
“Con un radiotelescopio estamos tratando de buscar y recibir ondas electromagnéticas de objetos mucho más lejanos. Recibir radiación electromagnética que proviene de estrellas, galaxias, de planetas que están a millones de años luz, radiación que ha tardado millones de años en llegar desde su punto de emisión”, continuó el científico.
Dicha iniciativa contempla las labores de conversión de la antena Tulancingo I, donde ya se culminaron los trabajos de factibilidad e investigación, las cuales fueron realizadas por expertos que hicieron revisión y examinación de la estructura, etapa que concluyó el pasado mes de agosto.
“Otro aspecto es La conversión en sí. Una antena para astronomía tiene que rastrear en el cielo, tiene que seguir los objetos. Tiene que ser capaz de cambiar en el transcurso de la noche de un objeto a otro objeto, dependiendo del interés de los astrónomos”, continuo Gale.
En este momento el proyecto se encuentra en la segunda fase que permitirá el inicio de los trabajos pesados de la conversión, como la limpieza, pintado, así como la eliminación de óxido y asegurar que la estructura este en óptimas condiciones para los próximos años.
“Esperamos que para el 2020 tener un gran avance que permita decir que ya tenemos un radiotelescopio en su versión básica para iniciar a trabajar en los detalles”, concluyó el investigador.
El proyecto es un plan integral que permitirá en un futuro que estudiantes de escuelas de la región, investigadores de México y el planeta, compartir sus experiencias en el mundo de la ciencia y la tecnología, colocando al estado de Hidalgo en el mapa de la astronomía mundial.
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