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Abraham Ascencio

La Casita de Piedra de Zacualtipán

Labrada en un monolito rocoso de diez metros

Por Abraham Ascencio


La Casita de Piedra de Zacualtipán es un ícono en la región ya que es de los pocos vestigios de la época novohispana, además de ser un lugar propicio de historias y leyendas.



Construida en un monolito rocoso, la casa está esculpida en una gran piedra de diez metros de largo por cinco de diámetro, y cada una de sus habitaciones esta trabajada finamente, desde las paredes, los muebles, puerta y ventanas.

Sobre su construcción, existen diferentes relatos que van desde la leyenda que en 1538, Fray Bernardo Quezada quiso unirse a la orden de los Agustinos, y que se le encomendó como penitencia construir su propia vivienda.



La casita de piedra de Zacualtipán esta labrada en un monolito rocoso de diez metros de largo, y en su interior están esculpidos muebles, un baño, una cocina y un altar.


Otra historia cuenta que la casa fue labrada por un prófugo del ejército español que vio las injusticias que cometían en contra de los nativos y escapo, la uso como un escondite, lo cual pudiera ser posible por la curiosa imagen de un personaje esculpida en la entrada principal del lugar.

En el interior de la morada es posible ver marcos, muebles, lo que pareciera ser una cocina, espacios para sentarse, un altar y un baño.



En el exterior de la casa también hay muestras del trabajo de labrado, como el desagüe, un patio con formaciones circulares y maceteros para plantas.

Otra historia sobre el lugar es la narrada por Antonio Velasco Piña en su libro “La guerra sagrada de Independencia”, donde relata que el 21 de marzo de 1783 Catalina González se instaló en la casita de piedra de Zacualtipán e inicio su aprendizaje en la tradición olmeca bajo la dirección de don Justo, un sabio anciano del lugar.


Durante catorce años, Catalina aprendió de manos de su maestro la historia y herencia olmeca, por lo que fue nombrada “Partera Olmeca” en una ceremonia antigua llevada por don Justo, quien falleció a los pocos días de cumplir los cien años de edad.

Se cuenta que hubo una anciana en Zacualtipán que enseño a muchas mujeres el oficio de partera pero nadie recuerda su nombre y si vivió en la enigmática Casita de Piedra.





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1 comentário


Antonio Nicolàs
Antonio Nicolàs
06 de jun. de 2021

QUE INTERESANTE HISTORIA, LA VERDAD NUNCA SE SABRA, LO CIERTO QUE HAY UN VESTIGIO QUE SE ADMIRA. SI LA ROCA HABLARA, SE ESCRIBIRIA UN GRAN LIBRO, SE DESCUBRIRIAN GRANDES SECRETOS, BUENOS Y MALOS...

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