Ventoquipa, históricamente es más importante que la cabecera municipal, ya que en sus aguas albergó el Molino que le da nombre al pueblo.
Por Abraham Ascencio
El río de la comunidad de Ventoquipa, en sus rocas nace un manantial de agua cristalina donde se criaban por centenares cangrejos de agua dulce, que ahora se avistan muy poco.
Al lugar arribaban decenas de familias con canastos de ropa, mismas que lavaban en las piedras que rodean al ojo de agua, al que llamaron de los “Cangrejos”.
“Eran de varios colores, coloraditos, había muchos cangrejos, la mayoría de la gente los atrapaba para comer, ahora no vez ni uno”, comentó don Liborio, visitante del lugar.
Los cangrejos de río tienen un par de grandes pinzas en la parte delantera seguido de cuatro pares de patas para caminar y cuatro pares de patas pequeñas para nadar llamadas pleópodos, las cuales están cubiertas de pelos finos para que la hembra fije sus huevos.
“Nos íbamos en tren, y nos bajábamos en Ventoquipa a vender enchiladas, aguas, tamales, y si había muchos cangrejitos se te colgaban de la ropa, tiene mucho que no voy pero dicen que ya no hay”, comentó doña Ciri, antigua visitante.
El río ha servido como herramienta desde la creación del pueblo, cuando en el lugar se fundó un molino de semillas para uso de todos los nativos del lugar en el siglo XVI, dando a conocer al pueblo como Santiago del Molino.
En la época porfiriana, Ventoquipa era una de las estaciones de ferrocarril más concurridas, además de las pocas que contó con telégrafo, desde donde se informó la muerte de Venustiano Carranza.
Los sábados y domingos, mayormente en semana santa, muchas personas se reúnen en el lugar para nadar en el río, lo que con el paso del tiempo ha ido deteriorando el lugar, y ensuciando el cauce del río, provocando la disminución de los cangrejos.
La basura y el poco cuidado, ha provocado que ya sean muy escasos los avistamientos de los cangrejos, quienes se esconden en las partes más alejadas y pantanosas del río.
Lo anterior aunado a la disminución del agua que brota del manantial provocará, en un corto plazo de tiempo, la desaparición de esta especie endémica y con ello la devastación de un paraíso natural, en donde los ahuehuetes igual corren riesgo.
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