La Indígena que hizo perecer a los insurgentes y decapito a un caudillo.
Por Abraham Ascencio
En la Gaceta del gobierno de México, fechada el 18 de julio de 1816, se da parte de un hecho ocurrido en las inmediaciones de San Bartolo Tutotepeque, pueblo con cabecera en Tulancingo, en donde era comandante militar de la sierra baja, José Luvian.
Este ultimo es quien explica lo sucedido de la siguiente manera:
“A las ocho de la mañana de hoy, se me presentó María Cordero india doncella de 25 años originaria de este pueblo que vivía en un ranchillo distante una legua de él, manifestándome la cabeza de un rebelde y dándome parte de que el cuerpo y los otros rebeldes quedaban tirados en el campo, en donde había tenido una gran lucha con ellos, y que valiéndose del arbitrio de dar voces a los soldados del rey logró intimidarlos; que serían en número de 15, los cuales se pusieron en precipitada fuga, tomando el filo de una peña.
Entonces la citada Cordero animó a 3 hermanos suyos, siendo el mayor de 18 años, para perseguirlos, armándolos con palos y ella con un machete fingiéndose tropa del rey y que a poco de andar logró dejar a los desbarrancados, y aquel que no corrió esta suerte había muerto en sus manos.
A las once de esta misma mañana me ha dado parte el expresado teniente que habiendo reconocido el campo adonde llevó la Cordero, encontró un cuerpo sin cabeza en la altura de una peña y en el descenso de ella 5 cadáveres indicando haber sido despeñados.
Recogió de ellos el terciado, 3 machetes y 1 lanza que tenían y según su ropaje el descabezado era el caudillo de ellos, é igualmente regresó acompañando a la Cordero que la he hecho establecerse aquí para libertarla de cualquier atentado de los bandidos.
A María Cordero la considero digna de recomendación del Exmo, sr. Virrey, lo mismo que a sus tres tiernos hermanos que con su corto trabajo sostienen a sus ancianos padres.
Estoy también impuesto de que ella en otra ocasión tuvo una riña con un teniente puesto por los rebeldes en este punto y que, a pesar de haberle dado tres heridas en la cabeza, con solo un garrote que tomó maltrató bien a dicho teniente cansándolo a palos, de tal manera que sino de lo quitan le da muerte.
Tutotepeque junio 8 de 1816.- José María Luvian.- Sr. Teniente coronel D. Francisco de las Piedras.”
En otras cartas se da cuenta de como en la zona de Tutotepec, ya había sido violentada y hecha presa de los insurgentes que solo asaltaban y arremetían contra los poblados del lugar, es muy probable que por eso María Cordero hubiera optado por defenderse.
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