Gracias a don Gabriel Vargas por regalarnos una historieta de “rechupete”, con personajes bien “chipocludos”, dibujos “a todo mecate”, y que “San Nabor” lo tenga en su reino.
Por Abraham Ascencio
Sin duda Gabriel Vargas Bernal es reconocido en el mundo de la historieta como un gran dibujante, pero también es necesario reconocer su pluma en el 105 aniversario de su natalicio.
Gabriel Vargas nació en la ciudad de Tulancingo, el 5 de febrero de 1915, aunque algunos difieren en el año, es cierto que fue el quinto de los doce hijos del matrimonio entre don Víctor Vargas y la señora Josefina Bernal.
Personajes e historias estéticas, mostraron elementos como el vocabulario popular, nombres y apellidos rimbombantes, con los cuales se podría hacer todo un diccionario, para dar a entender cada una de las palabras utilizadas en lo que contaba.
La familia Burrón, es su historieta más famosa y popular, misma que alcanzó a tener un tiraje de 500 mil ejemplares; es una de las publicaciones más añejas del mundo, con 61 años de publicación sin interrupciones, desde 1948 hasta el 2009 y su primer título fue “El señor Burrón o vida de perro”.
Pero solo un buen tulancinguense o vecino del valle de Tulancingo, puede dar cuenta de lugares y personajes que tuvieron inspiración en realidades cercanas a nuestra ciudad.
Por ejemplo, el “Valle del Ventorrillo” ubicado en medio de tres pueblos de los más salvajes y bravos como son "La Coyotera", "El Valle de los escorpiones" y "San Cirindango de las Iguanas ranas”, donde vive “Chivero”, que se comunica con el “Peterete llanero”, ser mítico que solo él puede ver.
El ventorrillo es una comunidad del municipio de Cuautepec, y también es la forma en que se le dice a la colonia Ventoquipa en Santiago Tulantepec.
Burbuja lanza, personaje de la época porfiriana, huye a esconderse al valle de los ermitaños, lugar montañoso ubicado en Cuautepec.
Don Sombroso Mortis, dio cuenta de su vida en una cantina de Singuilucan, lugar en donde preparaban el mejor “Tlachicoton” o “baba de oso” (pulque), bebida a la que eran adictos personajes como “Don Juanón Teporochas” y “Briagoberto Memelas”.
Así algunas de las historias que fueron inspiradas en lugares de Tulancingo, y personajes que nos hacen recordar no solo la cotidianeidad de la ciudad de México, sino la historia viva de los pueblos de México.
Gracias a don Gabriel Vargas por regalarnos una historieta de “rechupete”, con personajes bien “chipocludos”, dibujos “a todo mecate”, y que “San Nabor” lo tenga en su reino.
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